POR: JUAN HIDALGO.

26 agosto 2023.

¡Escuchar o leer el evangelio es hábito que fortalece nuestra espiritualidad y es una buena manera de acercarnos a Dios!

Me permito compartir con ustedes, el evangelio de hoy, porque además de sus valiosas enseñanzas, nos retrata una realidad de aquellos tiempos, la cual es similar a la que hoy vivimos; es, además, una buena muestra indicadora, de lo poco que ha evolucionado el hombre en su forma de pensar y actuar. La ciencia y la tecnología, por muchos años, han sido responsables directos de la evolución social, cuyo protagonista es el hombre.

Por lo que narra este evangelio, ni la evolución ni mucho menos la revolución ha tocado, el ego y la forma de pensar y actuar del hombre de hoy.

Observemos las cosas que les gustan al hombre de hoy: estar en los asientos de honor en las iglesias, que les hagan reverencias en las calles, ocupar los primeros asientos en los banquetes, que los llamen maestro y, muy especialmente el hombre de hoy hace las cosas para que la gente las vea; son exactamente esas mismas cosas que se agenciaban los fariseos y los escribas, en aquellos tiempos.

Al que le sirva esto, debe reflexionar, de no ser así, es una excepción que engrandece lo humano.

Atención especial para LOS POLÍTICOS DOMINICANOS.

En San Mateo capítulo 23, versículos del 1 al 12, dice:

En aquel tiempo Jesús habló a las gentes y a sus discípulos diciéndoles: En la cátedra de Moisés, se han sentado los escribas y los fariseos: hagan y cumplan lo que ellos les digan, pero no hagan lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen; ellos crean fardos pesados e insoportables y se los cargan a las gentes entre los hombros pero, ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar, todo lo que hacen es para que lo vea la gente, les gustan los primeros puestos en los banquetes y, los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias por las calles y que las gentes los llame maestros; ustedes en cambio, no se dejen llamar maestros, porque uno solo es su Maestro y todos ustedes son hermanos y no llamen a nadie padre suyos en la tierra, porque uno solo es su Padre, el del cielo. No se dejen llamar consejeros, porque uno solo es su consejero: Cristo, el primero entre ustedes, será su servidor, el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido.

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